Francovich sobre Fernando Diez de Medina y el telurismo andino
Este escritor, poeta, ensayista, biógrafo, novelista y cuentista, se comprende en esta misma lista de pensadores que firman la influencia del medio y la naturaleza como formadores de la cultura del hombre.
Estudiando su obra, Francovich emite este juicio: “El paisaje boliviano ha inspirado a Fernando Diez de Medina observaciones originalísimas. Ese paisaje con sus cordilleras, sus valles, y montañas nevadas que se levantan o se hunden como agitadas por una terrible fuerza cósmica (recordemos aquí a José Vasconcelos) y que él ha comparado con una “tempestad petrificada”, tienen para el un profundo espíritu, cuyos enigmas quiere desentrañar”
“El andino primitivo, dice Diez de Medina, fue uno con la naturaleza circundante. Animista y totemista, embrujador y embrujado a un mismo tiempo ¿Qué importaba comprenderlas? Las sentía, cosa mayor”,. Y continúa: “Y no es que el supuesto fetichismo indígena lo animase en modo pueril como presumen indagadores trasatlánticos; sino que mundo, accidentes del paisaje animales, planta y hombres constituían un gran sistema de vida conscientes y relacionada entre sí. Y el “Jacha Tata”, el viejo que todo lo sabe, es el supremo relacionador de las cosas animadas e inanimadas, visibles e invisibles, que todas cuatro con una forma integradora, no geométrica ni apariencial, empero, indeclinable, sustantiva.”
Conste que aquí no nos referimos a su ideario político contenido en el PACHACUTISMO Y OTROS ESCRITOS THUNUPA y varios otros polémicos en los que, el escritor, de modo incansable e incambiable ha sostenido la misma actitud.
Telurismo y Nayjama
El segundo descubrimiento de Nayjama el Caminante, es que “el indio es el Ande y el Ande es el indio”. Este no es sólo el hijo de la montaña, abierto a la naturaleza, e identificado con ella, sino que además posee la magia de los montes. “Algo llama desde su interior indescifrable”. Nayjama comenta así su impresión: “Toda comarca dicta su genealogía y el paraje montuoso con énfasis mayor. Dios manifestó, el monte funde materia y poesía, imprime al morador su majestad subyugadora”. Y añade: “El indio es una llamarada cósmica”. Fernando Diez de Medina, de su libro Nayjama