Críticas Fernando Diez de Medina

ALGUNAS CRITICAS Y COMENTARIOS

A LOS LIBROS DE FERNANDO DIEZ DE MEDINA

TRES JUICIOS CRITICOS

DEL PROF. BRUNO MARI, DE LA UNIVERSIDAD DE SASSARI, ITALIA:

«Fernando Diez de Medina es uno de los grandes escritores sudamericanos que puede medirse con los mejores. Su palabra osada expresa una poco común profundidad de pensamiento. Desde los ensayos de «THUNUPA» hasta su novela MATEO MONTEMAYOR, un relato del hombre sudamericano y su misterio, expresa a Bolivia literariamente india y como pasa con García Márquez, Rulfo, Asturias, Carpentier o Vargas Llosa, este escritor boliviano da a la literatura latinoamericana una dimensión universal». (Del libro «Pensatori Contemporanei» -El pensamiento vivo, vigoroso y actual de 15 luminarias – Editrice ELIS-ROMA. 1975).

 

DE JORGE L. GARCÍA VENTURINI, FILOSOFO, CATEDRÁTICO Y ESCRITOR ARGENTINO:

«LA TEOGONIA ANDINA» de Fernando Diez de Medina está entre la media docena de cosas más hermosas jamás escritas en América y entre las notables de la historia de la lengua española. Al leerla, por momentos me parecía -no exagero- que leía La Ilíada, Goethe o el Rey Lear. Es una obra perfecta, de insólita profundidad y erudición. Un libro que debe ser conocido en América y en Europa. En fin: se trata de una obra maestra».

DE PEDRO GAMARRA ROLDAN, DIRECTOR DE «EPOCA» DE ASUNCIÓN, PARAGUAY:

«Este escritor boliviano ha creado una arquitectura nueva en su novela MATEO MONTEMAYOR, muy distinta a la practicada por los epígonos de Faulkner. Esta obra no asombra, pasma. Diez de Medina es un brillante narrador campeable a cualquiera de los que relumbran en Europa. Me maravillo por la cruda realidad con que el autor presenta la vida de un pueblo a través de las peripecias de nuestro Montemayor».

«NAYJAMA»: GRAN PREMIO NACIONAL DE LITERATURA

«Diez de Medina es un gran maestro de la prosa iluminada. ¡Qué gusto nos da a los españoles encontrar un gran escritor hispano-americano que escriba el castellano como el mejor caballero de Castilla». SAINZ DE ROBLES (Madrid) «NAYJAMA» Es la obra maestra de Diez de Medina. Es una novela poética, el retorno al mito antiguo. Su personaje central es un buscador del alma india y de la magia de la montaña. Nayjama es un personaje singularmente significativo de la literatura boliviana. Teresa Parrisch-EE.UU.

«NAYJAMA» DE FERNANDO DIEZ DE MEDINA

«Es un canto coral en que se armonizan y se funden el indio y la encrespada naturaleza. En sus capítulos late una corriente vivísima y clara que une los legendarios y recónditos veneros ancestrales a la realidad boliviana de nuestros días. Obra maestra de reivindicación del alma india».

(«Cuadernos Hispanoamericanos» -Madrid).

«THUNUPA» Libro apasionado y vibrante. La poética leyenda de Thunupa, el piloto del alma india, puede ser para la Bolivia de hoy la brújula del hombre nuevo. «Thunupa» como «Nayjama» quedarán en la literatura americana.

Juan Pablo Echagüe-Argentina.

«BOLlVAR NUESTRO PADRE» Un himno de vida y esperanza al Libertador. Espléndida obra de fulgurante exposición. Es el mejor poema en prosa tributado a la memoria de Bolívar.

Miguel A. Quirós Lugo Puerto Rico.

«EL CONDOR BLANCO» Su autor ha descubierto el secreto del alma andina. Uno de sus protagonistas, el indio culto, Teodoro Mamani es el maestro que sirve de guía al encantado narrador y hace recordar por analogía a Virgilio conductor del Dante en los reinos sobre naturales del Infierno y del Purgatorio.

P. Giuseppe Rossi -Italia.

«LA TEOGONIA ANDINA» Este libro cimero brotado de nuestro Kollasuyo milenario eleva a gran obra de arte la interpretación del ancestro andino glorificándolo. La exaltación de nuestros valores y el vuelo poético se combinan en admirable armonía.

Armando Escobar-Bolivia.

«IMANTATA» Una teoría del ser, del alma, de la esencia de Bolivia. Diez de Medina enfoca su país con pasión y con desvelo, en una lengua rica y manejada con destreza.

Pascual Venegas Filardo-Venezuela.

«EL BUSCADOR DE DIOS» Novela moderna hábilmente entretejida en planos simultáneos y alternados. Todos sus héroes son verdaderos. Libro denso de pensamiento y liviano de sensibilidad.

Augusto Guzmán-Bolivia

«Bello e interesante libro. El andar de «Nayjama» es regalo espiritual para el lector. Tiene un lirismo alado que todo lo ve, y un corazón ancho que todo lo comprende.»

LA PRENSA (Buenos Aires).

«Nayjama» es la biblia de las nuevas generaciones.»

CONGRESO DE ESTUDIANTES (La Paz)

«(Nayjama) Este libro es un canto al indio y a lo indio. Una introducción poética a la teogonía indígena, Los capítulos «IlIimani», «Sajama», «Wayna-Potosi» son dignos de figurar en antologías de la mejor prosa castellana de los tiempos modernos».

TIEMPO (México)

«(Nayjama) Este libro es una verdadera rapsodia de los pueblos que habitan en la cordillera de los Andes. La poesía del Ande y del maravilloso escenario boliviano están expresados en un grandioso lirismo profundamente humano.»

ESPERIA (Lecco: Italia)

«(Nayjama) Es un poema cíclico por cuyas páginas pasa el aliento de Hesiodo, El libro más importante de orientación vernácula publicado en nuestro país y seguramente en América. Restallante y profundo, de forma bella y contenido trágico, es el mensaje de un nuevo espíritu nacional que descubre el reino de los cielos a los bolivianos, en el corazón de los bolivianos mismos.»

ULTIMA HORA (La Paz)

«Nayjama» es un himno a Dios!»

ISABEL v. DE HAILLOT (La Paz)

«FRANZ TAMAYO, HECHICERO DEL ANDE» Y LA CRITICA CONTINENTAL

Las biografías de Disraeli, de Shelley o de Byron, no contienen un drama más patético que éste de Franz Tamayo, el poeta boliviano que se destruye a sí mismo. Este magnífico libro honra la literatura española por su pensar elevado y su forma llena de belleza.

A. C. OSBORNE (Nueva York).

Fernando Díez de Medina hace un estudio tan acabado, tan concluyente, tan extrañamente dímensional en este libro, que Franz Tamayo cobra de golpe la categoría del arquetipo, símbolo ya no sólo de su pueblo -anclado en la elevada planicie del Ande- sino de todo un continente, cuya voz misteriosa y profunda encarna.

LA NACION (Buenos Aires).

Esta espléndida biografía de Bolivia, es también un atisbo hondo y luminoso de América. Difícilmente, al estudiar a un hombre, se habrá visto con mayor penetración y fuerza un país.

EL UNIVERSAL (México).

Libro vibrante, rarísimo, interesa prodigiosamente. Está escrito con amor y talento. Si algún hechicero asoma por sus páginas, es el autor que lo compuso.

EL MERCURIO (Santiago).

Estaadmirable biografía del gigante aimára, es al mismo tiempo un miraje perfecto de Bolivia: historia, paisaje, pueblo, etc.

DIARIO DE LA MARINA (La Habana).

Se trata de una verdadera epopeya nacional. Con magia incomparable, Díez de Medina nos da la expresión de Tamayo y de Bolivia en una pintura admirable, en una síntesis trascendente. Bien se quisiera Homero, con toda la pesadumbre de su gloria, el maravilloso arco de triunfo que, como un homenaje de eternidad, más gallardo e inmutable que la Puerta del Sol del Tiahuanacu, alzó Fernando Díez de Medina en honor del primer poeta de América.

AUGUSTO ROA BASTOS (Asunción).

«FRANZ TAMAYO HECHICERO DEL ANDE»

«Ningún libro podría acercar mejor a la comprensión europea la realidad boliviana, como esta biografía brillantemente escrita por Fernando Diez de Medina».

(«THE TIMES» -Londres).

JUICIOS SOBRE LA NOVELA «MATEO MONTEMAYOR»

Este libro de Fernando Diez de Medina es un tratado de americanología, escrito con la majestad y simplicidad de una apocalipsis. Es el Ideario de América, compuesto con la exuberante belleza oriental de los poemas de Omar Khayyam.

Pablo Cejudo – boliviano

Hay una técnica novelesca en MATEO MONTEMAYOR, que resulta nueva: unas veces refleja el propio rostro con distintas dimensiones, otras lo segmenta caprichosamente sin que pierda su continuidad. El autor siempre va asido de América, como poseído de una misión continental que nunca lo abandona.

Guillermo Cabrera Leiva – Cubano

Una novela que es un mundo. Una obra extraña. Encierra muy apreciables valores de fondo y vale mucho por la forma.

Guillermo Petra Sierralta -argentino

Es la búsqueda de un prototipo americano de dimensiones planetarias. Novela de acentuado perfil ético, representa una cumplida ambición.

«Estafeta Literaria»-Madrid

No creo que nadie supere sus descripciones del paisaje andino. Tiene páginas que poseen la fuerza fascinante de las mejores que ha producido la literatura fantástica.

Guillermo Francovich-boliviano

Es indudable que un escritor hable del amor con dignidad y poesía. Los capítulos intitulados «Eros» son verdaderas joyas, y los denominados «Illimánicas» reflejan sabiduría poética. Es una obra maestro porque da en la llaga de nuestra realidad sudamericana. Un estilo depurado, riquísimo. Los capítulos «Illimánicas» son siempre arrebatadores en su tamaño cósmico, fulgurantes en su diversidad y alcance.

Víctor Delhez- belga

Novela clásica y moderna trata varias historias, contrapone temas, que al cabo desembocan en gran fábrica simbólica: un decir, un hacer, un soñar del hombre sudamericano.

«El Comercio»-Quito

Libro de gran vitalidad y belleza. La historia de un soñador idealista. MATEO MONTEMAYOR tiene de poeta y de santo. El amor inspira sus más bellas páginas. Todo dicho en un estilo fino, de registros bellos, sugerentes que parecen labrados con el mismo milagro de la vida de Mateo Montemayor.

Renán Estenssoro-boliviano

«LITERATURA BOLIVIANA»

«Diez de Medina es uno de los pocos críticos honestos y veraces de Hispanoamérica. Es el conductor ideológico de su patria. Su LITERATURA BOLIVIANA está escrita con tal fineza, con una cultura que reclaman para el libro sitio de primer orden en la literatura crítica del continente».

(«Excelsior» – México.)

«Literatura Boliviana» -Fernando Díez de Medina escribe con sabia y amor de pueblo. Este libro hay que leerlo frenando, para que el dinamismo del estilo y lo apasionado del terna, no rebasen el juicio crítico. Es un libro polémico, apasionado, una historia novelada de la literatura boliviana. Bolivia, la eterna despojada, arde en fuego de indignaciones en la pluma de este fino poeta y exaltador de su país.

(Ferrándiz Alborz: «El Día» -Montevideo-Uruguay).

«Literatura Boliviana» -Bello y enjundioso libro, de prosa briosa, de información alerta y personalísima. Obra escrita con pasi6n, con fervor, corno quien escribe un alegato colérico para probar la existencia de una nación. Este torno, breve y buído corno un puñal, anuncia una obra mayor

. (Fernando Chávez: «El Sol» -Quito-Ecuador)

«Literatura Boliviana»– Autor de ensayos, prosista de mucha calidad, orador, poeta, dinámico intelectual boliviano, Díez de Medina es en su patria, lo que Rodó fue en la suya: un orientador de juventudes. Buen trabajo. Ordenado, limpio, escrito con una maestría muy apta este libro sobre literatura boliviana, con l algo de ferviente, de gran amor al pasado milenario del indio del altiplano.

(Ricardo E. Ratt: «Histoniurn»-Buenos Aires-Argentina).

«IMANTATA: LO ESCONDIDO»

«Con «IMANTATA» ha nacido el sociólogo-poeta de América. Libro de tesis, la búsqueda de la realidad de su país, Bolivia. Diez de Medina escribe en un estilo fantástico, de humanista, sociólogo y taumaturgo a la vez. Es una de las obras más pro- fundas de la literatura de lengua española».

(Miguel A. Pérez Lugo -Puerto Rico). ,

«EL GUERRILLERO Y LA LUNA»

«Diez de Medina es un artista de la palabra. Un estilista. Algunas de sus narraciones son verdaderos poemas en prosa, dignos de releerse, como «Juan Willka», fuerte y hermoso relato. Otros como «El Guerrillero y la luna», «El Vuelo», «El Mar», «En el tiempo y hacia atrás», se caracterizan por su sugerente misterio».

(Inter American Review of Bibliography» – Washington).

«LAUDES A LA ESPOSA MUY AMADA»

«Bellísimos laudes, de un romanticismo elevado y digno. El imperecedero. Estos versos (prosa poética) suenan rescatados en el tiempo. Parece que todo el libro de Diez de Medina más que poesía fuese música, una larga composición con sonatas»,

(F.T.G. «La Estafeta Literaria» -Madrid).

«EL BUSCADOR DE DIOS»

Se puede afirmar que «EL BUSCADOR DE DIOS» es un libro fuera de serie. Y es que Fernando Diez de Medina, escritor boliviano de prestigio continental es, a la vez, un pensador y un narrador de jerarquía. Este «buscador» que indaga por todos los caminos y se proyecta en las vidas, sumergiéndose en el Bien y en el Mal, porque piensa que ambos son fases del enigma primordial, es el símbolo del hombre de pensamiento actual -hombre cotidiano urgido de problemas simultáneamente- ansioso de ver claro en la tiniebla contemporánea. Duda, retrocede, se confunde, se anonada y al cabo siempre resurge creyente. Tres grandes líneas vectoras: la búsqueda del pensador, un gran amor ilícito que no se sabe si lleva al Edén o al Averno; la tempestad de la política encarnada primero en un dictador y luego en un presidente idealista; y luego numerosas historias que aparentando ser independientes, se eslabonan e incorporan al relato general con finos tintes poéticos e inventivos. El crítico y el narrador se confunden en armoniosa síntesis, ven, sienten, y padecen el mundo sin dejarse arrastrar a la negación ni al desaliento. Como en toda obra de autenticidad entrañable, «EL BUSCADOR DE DIOS» tiene algo de autobiográfico, pero es, también, la imagen multiplicadora del hombre de hoy y sus problemas frente al contorno vertiginoso en que se mueve. Como otros grandes escritores sudamericanos, acosados por el dramático destino del ser humano, Diez de Medina expresa la trágica soledad del intelectual, la tensiones de fuerza de su propio contorno geográfico y social, y las proyecta al ámbito universal de la alta literatura, que sin dejar de ser amena y atractiva, es profunda y sugeridora a un tiempo. Novela moderna, rica de novedad, «EL BUSCADOR DE DIOS» es la confirmación de un escritor original en quien se reúnen pensador, narrador y soñador. Y el todos expresado en cautivante estilo literario. (Publicado en la primera edición, año 1977, Editorial «Los Amigos del Libro».)

«CONDOR BLANCO»

Tiene pues EL CONDOR BLANCO todos los ingredientes de una novela de suspenso cuya trama se desenvuelve en modo dramático y sugestivo.

Compuesta en el estilo que auna realidad e imaginación en su característico «modo fantástico», es una animada y bella expresión del paisaje y del habitante de los Andes, novela típicamente boliviana de tema, de sentido y de mensaje creador.

He aquí un libro singular que sobre un fondo ancestral proyecta una novela de aventuras capaz de captar la atención del lector más exigente.

Es la quinta novela del celebrado escritor Fernando Diez de Medina. Las cuatro anteriores que obtuvieron éxito de la crítica nacional y extranjera fueron: MATEO MONTEMAYOR, EL BUSCADOR DE DIOS, EL ATLANTE Y LA REINA DE SAMOS y COPAKAWANA.

En esta nueva narración el autor exalta dos figuras centrales: el Teodoro Mamani, idealización del indio que encarna el fondo legendario y misterioso de la raza andina con su saber totémico del Ande que como en los relatos de Melville o de Poe el novelista paceño acrecienta en modo gigantesco a manera de un símbolo de las cumbres andinas.

Están pues raza y paisaje bien configurados. Sebastián y Rosalinda tejen una fina historia de amor. Los otros protagonistas Eugenio, Fenisa, Roberto y Ertlinger, diestramente fisonomizados con los vértices humanos de esta novela que relata además el encuentro de un tesoro escondido.

(Publicado en la primera edición de El Condor Blanco, 1985, Librería y Editorial Juventud)

FERNANDO DIEZ DE MEDINA Gran Premio Nacional de Literatura 1950

Obra de pensador y de artista, refleja la intensa vibración espiritual de su autor. Beethoven, los dioses telúricos del Ande, libros y escritores de Bolivia, ideas sobre la dignidad del pensamiento, la famosa polémica con Augusto Céspedes sobre cómo ha de escribirse la historia nacional, temas continentales, todo se agita y entremezcla en este libro ágil de sugestiones, que consagra el prestigio de uno de los mejores escritores de América. Baste mencionar que Diez de Medina colabora en revistas y diarios de Francia, España, Estados Unidos, Colombia, Venezuela, Argentina, México, Chile y Perú.

(Publicado en la primera edición de Fantasía Coral, 1958, Editorial Juventud)

DICCIONARIO DE LA LITERATURA LATINOAMERICANA BOLIVIA

DIEZ DE MEDINA, FERNANDO (1908). Ensayista, poeta y crítico boliviano hijo de Eduardo Díez de Medina, nació en La Paz el 14 de enero de 1908. Su instrucción se limitó a los cursos primario y secundario. Amplió después sus conocimientos como autodidacto. Es miembro del Ateneo de Ciencias y Artes de México y del Instituto Internacional de Literatura Iberoamericana de los Estados Unidos. Ha colaborado en diarios y revistas de Europa y las tres Américas: Bolívar, de Bogotá; Correo Literario y Hispánico, de Madrid; Revista Nacional de Cultura. de Caracas; y de La Nueva Democracia, de Nueva York; Cuadernos Americanos y Humanismo, de b México: Mundial. de Montevideo; Américas, de Washington; Historium, de Buenos Aires; Cuadernos del Congreso por la Libertad de la Cultura, de París, etc. Fundó y dirigió durante cuatro años Hombres. Ideas y Libros, página dominical de El Diario de La Paz. Fue Director de Radio Illimani, de Combate, del Boletín del Pachakutismo y Subdirector de Ultima. Hora, etc. En 1951 ganó el Gran Premio Nacional de Literatura Con su libro » Nayjama. En 1953, su obra Literatura boliviana fue adoptada como texto oficial en todos los colegios secundarios del país. Ese mismo año el gobierno de Bolivia lo condecoró con la placa de Gran Oficial de la Orden del Cóndor de los Andes, por su obra intelectual y sus campañas cívicas En 1954 representó a la cultura boliviana en la Conferencia de libertad Responsable convocada por la Universidad de Columbia, en Nueva York. En 1953 fue Presidente de la Comisión de Reforma Educacional y es actualmente Ministro de Educación, dirigiendo la revista de cultura Cordillera.

Valoración. Fernando Díez de Medina es un talento polifacético. Su obra revela varias tendencias: la puramente poética, la prosa artística, la critica de arte, el ensayo de carácter social y político, y el estudio filosófico. En su opinión, el escritor sudamericano no se especializa; de ahí que deba cultivar todos los géneros por la pobreza del medio cuÍtural en que actúa. El se ha definido a sí mismo como «un combatiente por la cultura boliviana», evitando siempre los dos extremos entre los que oscila la vida intelectual del país: «la suficiencia criolla y el absoluto menosprecio de lo propio» (Literatura boliviana… La Paz, 1953, p. 15). Es eximio estilista y claro argumentador. En 1929 planteó la revisión de los valores en Bolivia con su ensayo «Los valores negativos»; en 193 5, polemizó sobre el conflicto de generaciones con «Insurgencia de la juventud»; en el año siguiente pidió la «Revolución de la responsabilidad»; en 1941 propuso el punto de vista sudamericano a Henry Wallace en «¡Sientate hombre del Norte y atiende al Sur!»; en 1947 refutó los ataques de Papiro contra América con el estudio «El magnífico ignorante», tesis que fué leída en el Congreso de Cooperación Intelectual de Madrid en 1950; de 1948 a 1951 dirigió el Pachakutismo, grupo político de tendencia vernácula, que defendió una democracia responsable y justicia económica para las mayorías olvidadas. Sus conferencias «Pachakuti», «Siripaka» Y «Ainoka» enfocan, de manera vigorosa, la realidad político-social del país andino. En 1951, Díez de Medina impugnó la interpretación bolivariana de Madariaga con «El Bolívar sudamericano frente al Bolívar español»; en el mismo año refutó las ideas del Profesor Toynbee sobre prehistoria andina, con el estudio «El kollao entra a la historia universal». Guillermo Francovich lo incluye entre los místicos de la tierra: «El paisaje boliviano ha inspirado a Fernando Díez de Medina observaciones originalísimas. Ese paisaje con sus cordilleras, sus valles y sus montañas nevadas, que se levantan o se hunden como agitadas por una terrible fuerza cósmica y que él ha comparado con una ‘tempestad petrificada, tiene para él un profundo espíritu, cuyos enigmas quiere desentrañar» (La filosofía en Bolivia. Buenos Aires, 1945, p. 166). Perteneciendo a la Escuela Vernacular pero con una pronunciada independencia, Diez de Medina intenta hacer que la cultura boliviana llegue a la plena conciencia de si misma, dentro de la cultura americana.

Bibliografía. Del Autor: La clara senda (poemas). La Paz, 1928. Imagen (poemas). La Paz, 1932. El velero matinal (ensayos). La Paz, 1935. Banqueros como estadistas (monografía). La Paz, 1936. El arte nocturno de Víctor Delhez (biografía crítica). Buenos Aires, 1938. Franz Tamayo. Hechicero del Ande (biografía fantástica). La Paz, 1942 y 1944. Thunupa, (ensayos) La Paz,19947. Pachakuti [política y polémica). La Paz, 1948. Siripaka y Ainoka (política y polémica). La Paz, 1950. Nayjama [mitología andina ). La Paz, 1950. Libro de los misterios (teatro simbólico). La Paz, 1951. Literatura boliviana:_(introducen al estudio; de las letras nacionales del tiempo mítico a la introducción contemporánea. La Paz,1953 y Madrid, 1954.Sariri: una réplica al «Ariel» de Rodó. México, D.F., 1954 (sobretiro de Cuadernos Americanos, 3, mayo-junio de 1954). La enmascarada y otras narraciones. La Paz, 1955. (Tiene en preparación: «Biografía fantástica de Bolívar» y «El libro de Pacha o la teogonía andina».).

Sobre el Autor: Finot, Enrique. Historia de la literatura boliviana. México, D. F., 1943, pp. 434-435 y 451-452. Francovich, Guillermo. «Una mística de la tierra», en La filosofía en Bolivia. Buenos Aires, 1945, (sobre Díez de Medina), pp. 165-167. Idem. «Una mística de la tierra», en El pensamiento boliviano en el siglo XX. México, Buenos Aires, 1956, (sobre Diez de Medina), pp. 92-97. Sainz de Robles, Federico Carlos. Ensayo de un diccionario de la literatura, t. II: Escritores españoles e hispanoamericanos. 2ª. ed. Madrid, 1953, pp. 312-313.

Fuente: libro El Guerrillero y la Luna

JUICIOS SOBRE LIBROS DE FERNANDO DIEZ DE MEDINA

EL GENERAL DEL PUEBLO «Es un hermosolibro.

Polémico, valiente y con estilo. Esta clase de libros como el suyo lo escriben los hombres!»

Tristán Maroff.

EL GENERAL DEL PUEBLO» La vibración el ritmo, la música grave de este libro salen de lo hondo. Ha de sacudir el ambiente social boliviano. El envío final es un mensaje. Pensamos que la mayoría de los bolivianos no están contentos de que Bolivia expulsó violentamente a su Angel hacia el cielo.»

Víctor Delhez.

MATEO MONTEMAYOR «Es un tratado de americanología escrito con la majestad y simplicidad de un Apocalípsis. El Ideario de América compuesto con la exuberante belleza oriental de los poemas de Ornar Khayyam.»

Pablo Cejudo.

MATEO MONTEMAYOR «Libro de gran vitalidad y belleza. La historia de un soñador idealista. Mateo Montemayor tiene de poeta y de santo. El amor inspira sus más bellas páginas. Todo dicho en un estilo fino, de registros bellos, sugerentes que parecen labrados en el mismo milagro de la vida de Mateo Montemayor.»

Renán Estenssoro.

OLLANTA, EL JEFE KOLLA «Notable obra dramática escrita con noble pasión y fino sentido poético. Es una nueva interpretación de una vieja leyenda con esencial mirada india. Consta de cuatro actos y veintisiete escenas, desarrolladas con sostenido interés, no exentos de aura poética en los momentos culminantes.»

Edenia Guillermo

OLLANTA, EL JEFE KOLLA «Ollanta, personaje mítico, ha sido captado con gran sentido de realidad y con riguroso ritmo trágico, dentro de una concepción épica de los acontecimientos. Incorpora a la temática nacional un mito que hasta ahora parecía exclusividad peruana. Cuando se represente, el espectáculo tendrá una grandiosidad casi sagrada.»

Guillermo Francovich.

«Fernando Diez de Medina es un talento polifacético. Eximio estilista y claro argumentador. Es un combatiente por la cultura boliviana. El paisaje boliviano le ha inspirado observaciones originalísimas. Ha enfocado de manera vigorosa la realidad político-social del país andino. Perteneciendo a la escuela vernacular pero con marcada independencia. Diez de Medina intenta hacer que la cultura de su patria llegue a la plena conciencia de sí mismo dentro de la cultura americana.

Armando Correia Pacheco en el «Diccionario de la Literatura Latinoamericana -Bolivia-Unión Panamericana. Washington»

«Este escritor se destaca por su valentía americanista al plantear los problemas que acosan al continente, y por su prosa poética y profunda cuando roza el mito y la leyenda. Se aunan en él un pensador y un visionario de vuelo»

«Cuadernos Americanos». México.

«Fernando Diez de Medina es hombre de actividad e inquietudes. Se le puede considerar el orientador contemporáneo de Bolivia. Escritor de extraordinaria finura artística y clara inteligencia. Es autor de numerosos libros. El mejor: «Nayjama».

Angel Munchero Vilasaro en el «Diccionario Universal de Escritores» publicado por «EDIHE» en Barcelona

GRAN PREMIO NACIONAL DE LITERATURA DE BOLIVIA

Fernando Díez de Medina nació en el año 1908. Pertenece a la llamada «generación de la fe», la generación que, salida en 1935 del desastre de la guerra del Chaco, está reconstruyendo hoy Bolivia. Desde 1948 a 1950 sostuvo el Pachakutismo, grupo cívico renovador de tendencia vernácula. Hombre de pensamiento y hombre de acción, es el más representativo valor de las nuevas generaciones bolivianas.

En 1950 fué laureado con el Gran Premio Nacional de Literatura por su libro Nayjama, uno de los más originales y más bellos de la literatura hispano-americana actual, en el que palpitan los grandes símbolos y misterios andinos.

Esta Literatura boliviana, que publicamos, es un cuadro magistral de aquella cultura, «la obra de un luchador y de un poeta que siente, vive y expresa con hondura humana el tema nacional».

Fernando Diez de Medina, que acaba de ganar el GRAN PREMIO NACIONAL DE LITERATURA DE 1950, con su obra «Nayjama», introducción a la mitología andina, nos da, ahora, este nuevo libro de poeta y soñador.

«Libro de los Misterios» es una obra singular. Ni teatro, ni poesía, ni ensayo filosófico, con participar de los tres géneros; mas bien algo de la «fantástica» novaliana, donde vida y arte se transfunden rompiendo fronteras estéticas. Dijérase el canto extático de los místicos persas, reminiscencias de Claudel o Maeterlinck, y con todo el libro es rico de originalidad y de estructura. El puro sueño de un artista puro que conoce todos los registros en la noble artesanía de los libros.

La crítica exaltará la rara belleza de estas páginas, que dan nuevo toque a las letras bolivianas, porque demuestran que también en este circo de montañas el hombre es capaz de remontarse a los grandes temas de la literatura universal.

El notable artista belga Víctor Delhez, consagrado como el primer grabador de nuestro tiempo, enaltece este libro con diez ilustraciones en madera que aclaran y hermosean el texto.

Presentamos este libro, compuesto e impreso en nuestros talleres, como una expresi6n de las artes tipográficas en el país.

Editorial Don Bosco

LA FILOSOFIA EN BOLIVIA

FERNANDO DIEZ DE MEDINA

Por Guillermo Francovich

Fernando Diez de Medina no se ha dedicado especialmente a la filosofía; es sobre todo un poeta y un brillante crítico. Tiene varios libros publicados. Entre ellos es excepcionalmente interesante el que lleva por título El Arte Nocturno de Víctor Delhez (Buenos Aires, Ed. Losada, 1939). Es una biografía, «a la manera fantástica», del celebrado xilógrafo flamenco que ha vivido en Bolivia durante un tiempo haciendo ilustraciones para una edición de la Biblia. En torno a la vida y a la obra del xilógrafo hace Diez de Medina consideraciones agudas y brillantes sobre el arte y sobre los problemas de la vida contemporánea.

El paisaje boliviano ha inspirado a Fernando Diez de Medina observaciones originalísimas Ese paisaje con sus cordilleras, sus valles y sus montañas nevadas, que se levantan o se hunden como agitadas por una terrible fuerza cósmica y que él ha comparado con una «tempestad petrificada», tienen para él un profundo espíritu, cuyos enigmas quiere desentrañar.

Fernando Diez de Medina se ha preocupado particularmente por las proyecciones estéticas de ese paisaje. En un estudio que tiene ya escrito, y del cual sólo ha publicado hasta ahora algunos fragmentos, sobre la personalidad y la obra de Franz Tamayo, es donde ha enfocado más de cerca el tema, haciendo ver que el paisaje andino, ha encontrado su expresión poética en esa obra.

El paisaje andino es de una austeridad majestuosa, de una severidad y de una precisión geométricas, bajo un cielo diáfano y casi metálico. «Al paisaje áspero y fuerte -dice Diez de Medina- corresponde el habitante hosco y enigmático». Y este habitante al contemplar su mundo encuentra en su alma cualidades que dentro de la fluencia de lo psicológico corresponden a la realidad física del paisaje. «El poder de síntesis, la concisión verbal, la visión objetiva y aguda, el zarpazo inmediato», son atributos del alma kolla.

Pero al mismo tiempo, sobre la montaña inmóvil e inmutable, se agita el viento, como súbita realidad viva y cambiante, dentro de la geografía andina, dando al hombre una lección de energía transparente y expansiva. Y también ese elemento, se refleja en la pujanza del alma boliviana. y en la poesía de Franz Tamayo, exponente de esa alma, «la violencia explosiva, las audacias verbales, son el viento del Ande en vaso clásico», al decir de Diez de Medina.

Guillermo Francovich.

SOBRE SUS LIBROS DE CUENTOS

Según manifiesta el prestigioso crítico italiano profesor Bruno Mari, de la Universidad de Sassetta, el boliviano» Fernando Diez de Medina es uno de los grandes escritores sudamericanos que puede medirse con los mejores». Y este juicio se refiere al novelista y al cuentista.

Autor de seis novelas y dos libros de narraciones LA ENMASCARADA Y El GUERRILLERO Y LA LUNA, ediciones agotadas, la inspiración creadora de éste autor corre por dos venas: la nativa y la universal.

En el primer género podemos mencionar los cuentos «El Aventurero», «El Llamo Blanco», «Un Aire Indio», «Anco-Huma», «Juan Willka», «El Mar», «Naufragio», «Una Tarde de Abril», «El Guerrillero y la luna», «Roberta» y «Sacha-Willka».

El segundo género comprende relatos tan originales como «Prisioneros», «El Vuelo», «Nada es imposible», «En el Tiempo y hacia Atrás», «Reencarnación», «El Maestro de Justicia.», «Un Colibrí» y «la Enmascarada» juzgado por otro crítico como el cuento más fantástico entre los imaginativos.

Varias de las narraciones de Diez de Medina han sido traducidas al inglés, alemán, francés, portugués e italiano. Otras de ellas figuran en una antología de relatos hispanoamericanos y en otra antología del cuento fantástico en alemán. Otras aparecen en diversas antologías de la narrativa latinoamericana en inglés y en español.

Aparte de este tercer volumen de cuentos el autor posee dos libros más de narraciones: «El IMPERIO QUE SUCEDIO AL IMPERIO» y «LOS DOS PRIMOS».

Varios de los cuentos de Fernando Diez de Medina han sido publicados en diarios y revistas de Bolivia, de Europa y de las Américas.

Librería Editorial» JUVENTUD», no necesita presentar a este consagrado escritor nacional de renombre continental.

SOBRE TIWANAKU CAPITAL DEL MISTERIO

No es éste un libro científico para investigadores y especialistas, sino un ensayo de interpretación al linde de lo filosófico y poético sobre el Tiwanaku y legendario que constituye el mayor enigma prehistórico del pasado andino:

Contra teorías en boga que hablan de antepasados extraterrestres Diez de Medina sostiene que los Tiwanaku son de origen telúrico, esencia y presencia de una remota cultura que brotada del propio suelo encarnó en la pétrea humanidad del Monolito.

Es ésta una visión mítica y poética de la misteriosa civilización desaparecida que ha dejado en piedra poderosa testimonios de su potencia creadora.

Según el prestigioso escritor Tiwanaku es sólo uno de los yacimientos arqueológicos sepultados por movimientos geológicos en el subsuelo de nuestra vasta altiplanicie.

En una de sus muchas atrevidas afirmaciones Diez de Medina compara el estilo ortogonal de los Tiwanaku con la música abstracta de Juan Sebastián Bach.

Por su poder de imaginación intuitiva y la magia de un estilo que evoca la majestad de la montaña, «TIWANAKU, CAPITAL DEL MISTERIO» es una original y audaz perspectiva sobre el pasado del Ande » Boliviano cuna de las culturas más remotas del continente sur.

Librería y Editorial «JUVENTUD» se honra en ofrecer esta obra singular a los lectores ávidos de saber y novedad.

SOBRE EL ATLANTE Y LA REINA DE SAMOS

FERNANDO DIEZ DE MEDINA, escritor y hombre público boliviano. Presidente de la Comisión de Reforma Educacional. Ministro de Educación (dos veces). Embajador, ante la Santa Sede. Embajador en misiones especiales. Asesor de la Junta Militar de Gobierno. Ministro sin Cartera. Ministro de Estado y Asesor del Gobierno Constitucional. Consejero Privado del Presidente de la República. Miembro de la Comisión Marítima y del Consejo Consultivo de RR. EE. Publicó 35 libros, los principales: «Franz Tamayo, Hechicero del Ande»; «Thunupa»; «Libro de los Misterios»; «Nayjama»; «Literatura Boliviana»; «La Enmascarada»; «El Arquero»; «Desde la Profunda Soledad»; «Cuaderno de Viajes»; Mateo Montemayor»; «Ollanta, el Jefe Kolla»; «Laudes a la esposa muy amada»; «El Guerrillero y la Luna»; «La Teogonía Andina»; «El Buscador de Dios»; «Imantata, lo Escondido».

Gran Premio Nacional de Literatura en 1950. Actuó en Asambleas internacionales y en universidades de Bolivia y del exterior. Figura en 40 diccionarios de literatura, obras críticas, antologías, etc. Sus libros fueron comentados en numerosas revistas y periódicos de Europa y de las Américas. Ha colaborado en muchas publicaciones de diversos países. Capítulos de sus obras fueron traducidos a diversos idiomas.

Fernando Diez de Medina, poeta, ensayista y narrador, que tiene publicadas numerosas obras y entre ellas dos novelas de gran aliento celebradas por la crítica «MATEO MONTEMAYOR» y «EL BUSCADOR DE DIOS»- ha compuesto esta historia imaginaria que bien podríamos denominar una hermosa leyenda de amor.

La sitúa once mil años atrás cuando se presume que se hundía la Atlántida. Sucede en la isla de Samos, en el mar Egeo y narra los amores del Príncipe atlante Felimín con Cedara la reina de Sarnoso Todo está inventado o recordado -«anamnesis», decía Platón- dentro de una atmósfera de magia y poesía que contrasta con el realismo crudo y las truculencias de la novelística contemporánea.

Se diría un moderno cuento de hadas. O una historia brotada de las profundidades misteriosas del ensueño que amaron los grandes románticos alemanes como Novalis. Holderlin, Jean Paul, pues tiene el encanto virginal de un relato maravilloso compuesto no para deslumbrar sino para herir finamente las cuerdas del sentimiento.

Una historia romántica, en plena era atómica ruda y vertiginosa parece insólito. Pero es así: «EL ATLANTE Y LA REINA DE SAMOS», incorpora a la literatura boliviana la narración fantástica sobre un fondo nostálgico de mar.

Esta obra, que la Editorial Los Amigos, del Libro ofrece al lector, será sin duda alguna un clásico tanto para los estudiosos, como para los estudiantes del arte del bien escribir.

UNA APLICACIÓN POLÍTICA DE LA ESPERANZA ANDINA DEL TORNO DE LOS TIEMPOS:

FERNANDO DIEZ DE MEDINA Y EL PACHAKUTI

Manuel Sarkisyanz Ph. D. O.

Profesor an der Universitat Heidelberg

Südasien – Institut

6834 Ketsch

Danziger Itrasse 14

telefon 06202/61455

Traducido por Andrea Chávez

En colaboración con el autor.

Una aplicación social reformatoria de la nación andina exigía (desde el 24 de agosto 1947, respectivamente desde el 14 de abril de 1948) Fernando Díez de Medina, el poeta más importante de la Bolivia contemporánea, en el sentido de una moralización de la política.

Así como según las creencias incaicas la disolución del mundo precede a su reconstrucción, así como después de que todo se disuelva, todo se vuelve a crear, al cataclismo le sucede el retorno y a la destrucción el renacimiento, así como cada época llega a su fin, dando paso a otra nueva, así también había de revolucionar Pachakuti a la sociedad.

Según Díez de Medina el siglo anterior a 1948 se caracterizó por ser una sombra destructora del primer Pachakuti republicano de la época de transición dramática del año 1825, después de la cual había llegado el tiempo del resurgimiento y la hora de la acción. 1060.

La exigencia de Pachakuti por parte de Díez de Medina significaba en 1948 una revolución moral dentro de las categorías incaicas en contra «la quiebra del humanismo occidental, su aire de ruina».

Con el amanecer de Pachakuti había de tender el humanismo americano andino, anunciador de un nuevo estilo de vida, donde «hombre y mundo vuelven a reconciliarse en la unidad de espíritu y materia… Al alma crepuscular del europeo responde el alma matinal del sudamericano».

A la codicia organizada, del frío racionalismo científico que causaron la ruina del occidente, le confronta permanentemente la siempre joven América, su vitalidad. »

Siempre revolucionaria, América es la juventud del mundo… Pachakuti!

Con fervor indio, con emoción mestiza, saludamos la nueva aurora… Pachakuti! »

Que todo cambie, que todo se transforme «.1060 k

Durante la noche negra Pachakuti sería la sublevación contra la adversidad del destino.

No hay patria, la nación no existe todavía.

Pachakuti, la esperanza del torno de las edades, se está activizando en lucha – y, conducirá a la liberación económica. El hombre sufriente se volvería puente viviente hacia la nueva humanidad, la cual surgirá del caos. Yes que en América está naciendo la conciencia moral de una nueva humanidad. Su paz y su orden «tocan a las puertas de la vieja Europa». Desde que en el corazón de los blancos ya no se encuentra cabida sigue Pachakuti su marcha a la busca de los indios 1060 k : Con la palabra de que «los últimos serán los primeros».

Cristo dibujaba la geometría de las naciones desventuradas. «1060m. El partido, el grupo cívico del «Pachakutismo» propagó la marcha y la renovación con prédicas moralizantes refiriéndose a Siripaka Ainoka, trasuntos de un nacionalismo espiritual. 1060 n.

Después de tres años de abogar por tal renovación moral en el estado de Bolivia y en su sociedad, se retiró Fernando Díez de Medina de la actividad política en 1951, 1060 o – puesto que (como le comentó al autor), – la juventud sobre en la cual se había fiado, había resultado corrupta.

Como él mismo formulaba, Díez de Medina había Entrevista en La Paz, febrero 1985 apostando todo en el Pachakuti y había perdido. -quijotescamente exigiendo que la virtud se debía de enseñar antes de que la administración. 1060 p

El superestado de los magnates de estaño, asfixiador de Bolivia, corrompía todo con su podredumbre – y la renovación podría surgir solamente de los Andes, de su verdad telúrica:

Díez de Medina espiritualiza la tierra andina hacia lo estético y articula de manera lírica sus dimensiones ontológicas. No es sin influencias indirectas de India y más bien directas del panteísmo alemán de Novalis:

Estrellas, piedras, animales y personas se transforman en uno y murmullan sobre sus misterios, «vivo ardiente rescoldo, colocado por ciclones cósmicos…

» No obstante, como poeta, Díez de Medina no sistematizó filosóficamente ni tampoco sociológicamente las imágenes inspiradas por su intuición. Lo conceptual aparece en su estática existencial más bien de manera simbólica; en el paisaje andino siente él la fuente de la verdad, por la cual encuentra confirmación en le mitología india.

Abrumado por la preponderancia de fuerzas telúricas, el catolisismo es ofuscado por teogonía andina. La Tierra – Madre, » Pacha es el diálogo sin palabras de hombre y montaña que el indio eterniza en su callar de siglos y el occidente desdeña porque no lo alcanza». 1060 q Como comienzo se siente menos el Logos que la Pacha, la tierra: La tierra hace al hombre; el hombre es tierra viviente – así como se transforma el hombre en tierra. Tierra y hombre «se subliman en la piedra … porque la piedra es … el mensaje del suelo a la humana criatura» . 1060 s

El buscador «Nayjama» cree aprender más del indio en si que de libros importados. Los ponchos son «sonrisas de la tierra» la música india es tocada por el viento. Y «Los indios son los Andes y los Andes son los indios», Díez de Medina trata de reabrir los arquetipos de los misterios de la mitología andina, su abolido mundo religioso: Nayjama iba «al encuentro de todos los que aguardaban una siembra de fé, un profeta del pueblo indio, que quiso convertir la tristeza de las muchedumbres en un himno de esperanza … «1060 t

Nayjama es un personaje de tiempos venideros, del indio del mañana. Esa fuerza remota que «adormecía en la piedra aguarda ser redescubierta por el nuevo tiempo que se va gestando en los santuarios ocultos del Ande Inmemorial».

Thunupa es Nódulo vital del tiempo nuevo, según Díez de Medina, restaurador de la ley natural, de la armonía entre el hombre y el cosmos, el partiendo hondón de la conciencia, protector del desvalido, un desafío al poderoso.

Thunupa es el Cristo Andino, es el hijo de Wiracocha, el creador del universo; él esperaba del amor más que de la fuerza. Thunupa hizo descender el sol …. En el corazón del hombre él puso la buena nueva. Y como su anunciador, Thunupa siempre estará renaciendo. Quiso hacer de cada uno el guardián de si mismo. Por Thunupa pudieron los kollas avanzar hacia su propia redención. Thunupa sería la esperanza, el piloto del alma india. 1060 v

Sin embargo, Díez de Medina no diferencia entre indianismo y idealización del mestizaje: Como en Uriel García, el Nuevo Indio, en contraste con el inca que fue, es el vivo habitante formado por la fuerza telúrica andina. Y América no es solo tierra de los autóctonos. …

«La única verdad admisible en el continente de la esperanza: El creador universal ha abolido las razas y las clases». 1060 x No el indigenismo puro tendrá vigencia, sino un mestizaje «cultural», aunque parece referirse más bien el étnico con aliento autóctono. 1060 y

«Yo aspiro a una antropología telúrica que redima al hombre boliviano, enraizándole a la tierra con sentido dinámico y redentor. Creo en el indianismo estético que eleva al indio de la postración actual, y da una filosofía de recuperación étnica a su futuro.

Oí el llamado de la Montaña que espiritualiza al poblador. Creo que el Ande Boliviano con su etnia, hoy dispersa y postrada, surgirá mañana la nueva raza kollavina; el nuevo indio de América que, asimilando la ciencia y las técnicas del occidente, ha de convertirse en el ser nacional, nativista y transeuropeo a la vez. La fusión de América india, mestiza y europeizante es una realidad inevitable. No retorno al pasado, más bien tomar de él impulso para proyectarse a una nueva humanidad. Dice Usted bien, el telurismo andino trasciende a la sublimación estética nacional. No habrá regreso a los kollas, ni al incario sino revitalización de la herencia milenaria a la cultura y técnica occidental

Pero ya no el surgimiento de mi filosofía telúrica y animista …»

Así la escribió Díez de Medina al autor en 1938. 1060 z

Conque no es la herencia autóctona de «lo indio…, sinó más bien de los mestizo de América, lo que se funde con el «patrimonio de la Atlantis». 1060 A «Atlantis y «Lemures» son aquí (a pesar del catolicismo) de la teosofía – habrían sido, como los «Godwanos» (antes de los «Anti» y Wiracocha – Runa), iniciados en inconcebibles verdades. De ese modo los «kollas» enlazaron una concepción nocturna y helezóica (teosófica) del mundo, verdad esotérica de amautas aimarás, con la indefinible espiritualidad de nuestro presente. 10060 B

De las consecutivas épocas andinas de la teogonía, Díez de Medina percibe la cosmogónica conmovida por la Madre – Tierra Pachamama, la teofánica alada por Thunupa, la epifánica proyectada por Nayjama. 1060 B1

Kolla en concepción y sentido es Tiahuanaco – profecía en piedra de venidera grandeza – y Kolla el enigma telúrico en el aimara, «monolito animado»… Y la historia del kolla es «como el sol que se despide detrás de las montañas, cada vez mas pálido, belleza nocturna… como tiempo mítico, que nació cuando se erguían las primeras montañas, en el prodigio de las cordilleras; … se amuralló el alma kolla en la penumbra sinfónica. 1060 B2

Los kollas son hijos de la Tierra, anteriores a los hijos del sol».

1060 B3 Sin embargo, según el mismo Fernando Díez de Medina, habría que levantar la indianidad en primer lugar, al nivel de seres civilizados, así como lo hiciera Thunupa, luego la revolución agraria …, incluso todavía levantándola al plano humano 1060 C

Es que también él veía en los indios del presente una raza «orgánica y espiritualmente agotada: «Fellahin en el sentido spengleriano, sobrevivientes al margen de la historia. Pensar en su resurrección política y cultural es tan absurdo como pretender que renaciera Egipto de la Era Faraónica y Grecia de Sócrates… Es lícito afirmar que, su el indio no de despoja de la capa de sus antepasados para colocarse en el patrón del presente, está condenado a desaparecer. El problema es, si tiene reservas orgánicas para esa evolución». 1060 D

En cambio, la noción que el indio fuese lleno de perfidia, maligno, sin iniciativa, sin amor al progreso, venal, egoísta, envidioso, embustero, idólatra, fue rotundamente y explícitamente desmentido por Fernando Díez de Medina.1060 E

(Aunque – contrariamente a los hechos documentados y sabidos – Fausto Reinaga pretendía que las nociones refutadas por Díez de Medina fuesen las del refutador.)

Todo lo contrario: él prefirió a indios analfabetos bolivianos a las juventudes delincuentes de Brooklyn (Nueva York). De todas maneras en el presente ya no se podría diferenciar mucho entre europeos e indios… La cultura faustiana disolvería toda su base, persistiendo luego solamente ella.. Básicamente Diez de Medina deseaba para Bolivia un tipo nacional homogéneo.

Por otro lado, los incaicos Hijos de Sol de la Verdad y del Espíritu permanecerían a la tierra americana, la patria de todos los humanos 1060 F – y la fe de los soñadores. 1060 G

Contra el uruguayo Rodó y su latinismo básicamente un neoclasicismo hostil a la indianidad, sintió Díez de Medina «la magia de ayer y la miseria de hoy… del indio… El arado hispano, cuatro siglos ha tirado con sangre india – y seguimos sacrificando… a la voraz democracia de los patrones… La literatura… es… instrumento de purificación de la cruz…» El mito thunupiano con su contenido americano viene a cancelarla vigencia del helenismo… en Rodó:

El mensaje de Fernando Díez de Medina sería que «el phatos indiano es la obligación y el destino de América». Así comentaba Gamaliel Churata. No obstante, Díez de Medina opinó que toda la historia de América fue creada por americanos españoles y mestizos; «Unicamente ellos crean la patria» 1060 H ( así como se pensó en el siglo XIX) !

«Si el criollo deja el timón estamos perdidos» – por ser la mayoría india ajena a la «civilización» ? «Lenta y sorda, se estratifica en el mineraloide; resiste y subsiste la sangre india. Así la grandeza india de América fuese el pasado: Tiahuanaco, Palenque (de los Mayas), Cuzco. Los aymaras serían «expresión eterna de prehistoria» y no participaban en la evolución de América… 1060 I

Por otro lado solamente la mitad de los libros de Díez de Medina no tratan temática india. Casi otros tantos presentan en su título arquetipos andinos (Pachakuti, Thunupa, Nayjama, Ollanta, «El Hechicero de los Andes»). Compatible se hace esta ectasia visión de magia andina con el pesimismo del poeta sobre etnías indias andinas contemporáneas – y el retroceso de lo que los concierne en la contribución de Don Fernando a la Revolución – por su conceptualización de la indianidad: Esta es para él – aún más que para el peruano Uriel García – no un hecho étnico ni siquiera tanto socio-cultural como una actitud existencial: «Indianidad» es intuición de lo telúrico. El hombre ibérico carece de compresión por este mensaje de la tierra andina. 1060 J

AL historiador franquista de literatura española Menéndez Pidal, Don Fernando le recordó el hecho que entre los grandes vencidos de la vida están los fuertes vencedores de la muerte. Y el ejemplo de ellos es Bartolomé de Las Casas: Obispo «Las Casas», eternamente renacido, prosigue la batalla por el indio contra el gamonal. 1060 K

Porque la solución del drama indio comenzará con la distribución de la tierra. 1060 L

Así «México, el más americano de la Nueva América» , se hubiera construido políticamente desde la profundidad de su propio ser «.

En lázaro Cárdenas (1934 – 1040), presidente agrarista revolucionario de México, Díez de Medina vío una ejemplificación de un socialismo constructivo de América, distante de los socialismos dogmáticos de la lucha de clases de los occidentales.

Pero Díez de Medina teorizó que antes de 1932 Bolivia no podía ser gobernada de otro modo que por minorias elitistas. 1060 M

De hecho, a pesar – o precisamente por – ser vástago de vieja aristocracia colonial, Don Fernando se negó (hasta es su calidad diplomática) estrechar la mano a un General Franco, «salvador del cristianismo» – y asesino no solamente de intelectuales.

Los antepasados de Fernando Díez de Medina también fueron intelectuales creativos: Su abuelo fue autoridad en derecho público internacional, su padre fue también poeta.

A los intelectuales bolivianos de su generación Don Fernando le atribuía sentimientos de amor hacia el indio, como aquel amor que Tolstoi y Dostoiewski sentían por los mujicas rusos.

A Maria Frontaura, autora de «Hacia del Nuevo Indio» acusada de ser comunista, la protegió Díez de Medina. También al Trotskista Tritan Marof le atribuyó valentía y hasta nobleza. 1060 N

De ese modo Fernando Díez de Medina se encontraba políticamente más allá de la derecha e izquierda. Fundador de la revista «Nova» en la cual escribía Churata, resultó animador -si no – fundador del Indianismo Estético.

En 1950 «Thunupa» y «Nayjama» fueron proclamados ser «Evangelio de las jóvenes generaciones bolivianas» por estudiantes. 1060 O

El mismo Fernando Díez de Medina veía al indianismo estético como epítomo del ideal nacionalista 1060 P -convertir en ciudadanos a los campesinos indios. Así algunas demandas programáticas de su Pachakutismo fueron adoptadas por el Movimiento Revolucionario Nacional. 1060 G

Anotaciones

1060 i) Fernando Díez de Medina, Pachakuti y otras Páginas Polémicas (La Paz, 1948), p. 13 – 16

1060 j ) Fernando Díez de Medina, El escritor de sus caminos. (La Paz 1980), p. 65

1060 k ) Fernando Díez de Medina, Pachakuti y otras Páginas Polémicas. p. 36s, 44

1060 l ) Díez de Medina , Pachakuti p. 152, 181

1060 m) Díez de Medina, Imantata: Lo Escondido. Para Una Teoría de Bolivia (La Paz, 1975), p.141

1060 n) Díez de Medina, Literatura Boliviana… de tiempo mítico para producción contemporánea (La Paz,1981), p. 317 s

1060 o ) Mario Portanda Ramos, Fernando Díez de Medina Proyección De Su Obra Intelectual (La Paz, 1978),p. 17

1060 p) Díez de Medina, Thunupa (La Paz, 1956), p. 64, 275

1060 q) Díez de Medina, Teogonía Andina (La Paz,1973), p. 59

1060 r) Guillermo Francovich, El Pensamiento Boliviano en Siglo XX (México, 1956), p. 93 – 97

1060 s) Díez de Medina, Imantata: Lo Escondido p. 27

1060 t) Díez de Medina, Nayjama: Introducción a la Mitología Andina (Madrid,1974),p. 105, 127,148,161,186,189s.

1060 u) Díez de Medina, Thunupa p. 13ss, 23,64,69s, Díez de Medina, Tiwanaku Capital del Misterio (La Paz, 1986)

1060 v) Díez de Medina, Teogonía Andina p. 170,183,201,202s,223, 225, 228.

1060 w) Díez de Medina, Desde La Profunda Soledad (La Paz, 1966),p.175; Díez de Medina, Franz Tamayo: El hechicero Del Ande (La Paz, 1980), p. 89

1060 x) Díez de Medina, Del Escritor y sus Caminos p.20 s

1060 y) Díez de Medina, Imantata p. 157

1060 z) Fernando Díez de Medina, Carta al autor del 17 de marzo 1983

1060 A) Díez de Medina, Imantata, p.121

1060 B) Díez de Medina, Teogonía Andina, p. 36 Díez de Medina, Literatura Boliviana, p. 92 s 1060

B1) Enrique Ipiña Melgar, Culturas e Identidad Nacional… ante el pensamiento simbólico del Aymara (La Paz, 1989), p. 34 s

1060 B2) Díez de Medina, Literatura Boliviana, p. 82 s

1060 B3) Díez de Medina, Thunupa, p. 14, 339

 

APENDICE PARA USO DE CRITICOS Y LECTORES

(Publicado en la primera edición de OLLANTA EL JEFE KOLLA, 1970)

FILIACIÓN Y SENTIDO DE UNA OBRA LITERARIA

En cuarenta años que llevo de escritor. Jamás salí a explicar o defender mis libros. Es a los lectores a quienes corresponde el veredicto.

Pero si resulta inelegante que un autor decida por si mismo el valor de sus obras, es lícito que al menos defienda su intención cuando ve alzarse una ola de incomprensión, de falsedad y negaciones en torno a ellas.

Seudo-críticos, escritores ya formados y algunos jóvenes valores- no son, ciertamente, mayoría- han dado en difundir extrañas apreciaciones acerca de libros y autores nacionales, generalmente sobre obras mal leídas y memos comprendidas desconociendo de una plumada lo que se produjo en duros años de esfuerzo y sacrificio.

He sido aludido por desmemoriados e ignorantes, reiteradamente, y me siento obligado a desvanecer sus falsos juicios.

Si bien es verdad que los bolivianos han sido generosos con mi producción literaria, unos pocos resentidos parapetados en posturas de magister han venido esparciendo rumores pérfidos sutilmente deslizados, tratando de presentar los libros de Fernando Diez de Medina como desligados de la realidad nacional, como frutos exóticos de literatura pura, como desprovistos de conciencia social, como ajenos al alma boliviana, como producciones elegantes, bien escritas, pero deshojadas de contenido nativo, como trabajos preciosistas huérfanos de calidad humana porque solo miran a los estético, como desarraigados del suelo, de la raza y del país que les dio vida. Todas estas expresiones y otros dislates y falsedades que he recogido de aseveraciones y difundidas en diarios, revistas, audiciones radiales y aun en libros, se condensan y culminan en un juicio que escuché más de una vez: es aquel según el cual solo sería yo -para mis denostadores- un estilista, desprovisto de penetración y profundidad para tratar el drama nacional.

Frente a la injusticia ¿no habría sido más sabio callar? Tal vez. Pero subleva mi vocación de escritor, mi conciencia de boliviano, que se pretenda despojarme de la virtud mayor que mueve mi pensamiento: el amor a lo nuestro, la búsqueda en los mitos del ancestro, la interpretación del medio social, la revaloración de las grandes figuras y númenes del pasado indio, el estudio de tipos y costumbres extraídos del magma andino, la consagración de una vida al conocimiento y exaltación de los valores patrios.

Para uso de mal informados y desmemoriados ha aquí hechos concretos que no pueden desmentirse:

De 25 obras que tengo publicados 14 giran dentro de la órbita nativa: son bolivianas de nombre, de inspiración y contenido. Cinco se cobijan bajo las alas protectoras de arquetipos aimáras. Mi producción literaria corrió por tres vertientes: lo vernáculo, lo americano, lo universal, predominando la primera en magnitud y mensaje.

«EL VELERO MATINAL» comprende, entre otros, éstos ensayos: Tamayo o el artista; Campero o el deber; Jaimes Freyre o la personalidad; La tempestad petrificada, estudio acerca del paisaje paceño; y una Noticia de la pintura boliviana, con 8 reproducciones de cuadros de Cecilio Guzmán de Rojas.

 

«FRANZ TAMAYO» biografía de un pueblo a través de su hijo representativo. Para el «Times» de Londres «ningún libro podría acercar mejor a la compresión europea la realidad boliviana como esta biografía brillantemente escrita.» El diario «El Universal» de México agrega; » Difícilmente al estudiar un hombre, se habrá visto con mayor penetración y fuerza un país.» En sus páginas se platea la tesis unificante del gran mestizo como solución futura de la heterogeneidad étnica del continente.

«THUNUPA». Agrupa los ensayos Thunupa, Introducción al tiempo mítico, La colonia, Perfil de la Literatura boliviana, El Pintor del Ande, Un novelista Kolla, Para Nunca (respuesta a la polémica con Franz Tamayo) e Insurgencia de la Juventud. Según juicio de Jean Paul en «La Nación» de Buenos Aires. » Thunupa, el Cristo Kolla, el piloto del alma india puede ser para la Bolivia de hoy la brújula del hombre nuevo.» Para «La Prensa», de la misma capital, es «algo así como la historia espiritual de Bolivia». Saenz de Robles desde Madrid, añade: «es la mejor voz con que Bolivia se ha dirigido a España y al mundo». La revisión del pasado, la dinámica de aventura, la moral de sacrificio y otras ideas renovadoras que postula este libro, han influido en la formación de una conciencia nacionalista de los bolivianos.

«PACHAKUTI» Política y polémica. Consiste la síntesis de la campaña cívica, las conferencias públicas, y los artículos de prensa que publiqué denunciando los fraudes impositivos de los grandes industriales mineros (en ese entonces 1948 a 1951, amos virtuales del país) En mis «Memorias Políticas» que me propongo publicar más tarde, hablaré de la intención y los alcances de esa campaña que originó la aparición del Grupo Cívico «Pachakuti», que inspirado en ideas vernáculas postuló una democracia responsable y revolucionaria así como justicia económica para las mayorías postergadas.

«SIRIPAKA» A manera de continuación de la obra anterior, incluye la conferencia Siripaka o la batalla de Bolivia, de proyección política y social; y el Ideario del Pachakutismo, teoría, cuerpo de doctrina y mensajes, muchos de cuyos conceptos tuvieron vigencia y fueron posteriormente aplicados por los gobiernos revolucionarios del país en los últimos veinte años.

«NAYJAMA» Es una novela rapsódica de vuelo poético y filosófico. Nayjama, el Buscador, es el hombre nuevo de Bolivia que parte del mito hacia un renacimiento espiritual. Contiene tres partes: Jacha-Pachamama, la búsqueda en el suelo y en la raza; Marka-Marka, la exaltación del solar nativo; y Khantati-Ururi con las leyendas idealizadas de los grandes nevados: Illimani, Illampu, Sajama, Wayna-Potosí, un capítulo dedicado a Tiwanaku y el ensayo final «Pacha» que sería la clave de introducción a la mitología andina. Para «Tiempo» de México es un canto al indio y a lo indio, una introducción poética a la teogonía indígena». En «Ultima Hora» de La Paz se consigna: «Es un poema cíclico por cuyas páginas pasa el aliento del Hesíodo. El libro más importante de orientación vernácula publicado en nuestro país y seguramente en América.» La revista «Cuadernos Hispanoamericanos» de Madrid la mira como «un canto coral, obra maestra de reivindicación del alma India.» Para Hugo Bohórquez R., político, catedrático y escritor «Nayjama» es «un mensaje estupendo, algo así como un canto sálmico del teogónico misterio andino, una obra vibrante hecha de sangre y de granito. No se ha escrito libro más profundo ni más bello en mi país».

«LITERATURA BOLIVIANA» El título lo dice todo: es historia, crítica y presentación sistemática del proceso de las letras nacionales. Reivindico, para ellas, el Tiempo Mítico y un Pasado Kolla que anteceden a la Herencia quéchua. Para Gamaliel Churata, peruano, este libro «revoluciona la técnica histórica y eleva lo boliviano a norma interpretativa del Cosmos del Nuevo Mundo.» Renán Estenssoro, boliviano, expresa: » es un prodigioso surtidor de bellezas, de claridad expositiva, de rigor crítico. Revela perfecto conocimiento del hombre y del suelo boliviano.» «Excelsior» de México dice: » Esta Literatura Boliviana está escrita con tal fineza y cultura que reclaman sitio de primer orden para el libro en la literatura crítica del continente.» Fernando Chávez, ecuatoriano, añade: «Obra escrita con pasión, con fervor, como quien escribe un alegato colérico para probar la existencia de una nación. Bello y enjundioso libro, buido como un puñal, anuncia una obra mayor».

«SARIRI» El primer ensayo, de proyección americana (una réplica al «Ariel» de Rodó) parten de la simbología aimára: Sariri, el Caminante, el que llevará su verdad a las juventudes del Continente de la Esperanza. Contiene, entre otros ensayos: A la sacra Imagen de la Patria, La Leyenda aimára, El Kollao entra en la historia (respuesta a Toynbee), Retrato de un héroe (Germán Busch), Preludio de Sorata, La reforma educacional, Una Khantuta encarnada entre las nieves (conferencia defendiendo la nacionalización de las grandes minas de estaño) y El pueblo que lucha contra el Angel. «Sariri» plantea, para bolivianos y sudamericanos, la conciencia moral antes que la norma estética. La revolución de la responsabilidad. Una «metanoia»: la transformación desde el espíritu para poder enfrentar los cambios políticos y sociales. Y enuncia casi veinte años atrás, el dilema actualísimo que sacude a los pueblos en fermentación de la América del Sur: » o estamos con el pueblo o estamos con el privilegio».

«SEIS MENSAJES A LOS ESTUDIANTES» En el día de la Madre, en el día del Maestro, en el día de la Libertad, en el día del Indio, en el día de la Patria, en el día del Estudiante. No requieren explicación. Pertenecen a nuestra pedagogía cívica.

«PALABRA PARA LOS MAESTROS» Entre otros trabajos incluyo: Formadores de almas. Por una filosofía del propio esfuerzo. Solo el espíritu salvará a Bolivia. Necesitamos una escuela viril y matinal. Dedicada a los educadores de mi patria, esta obra enuncia por sí sola su genealogía ética y su intención normativa.

«BOLIVIA Y SU DESTINO» Conferencias y ensayos. Contiene el primer balance crítico a la obra de diez años de gobierno del Movimiento Nacionalista Revolucionario, entonces (1962) en pleno dominio del poder. De ese análisis surgen las «reflexiones para un tiempo de crisis» y otros temas de la Patria. Contiene: De la khantuta purpúrea de los altiplanos, Responsabilidad de la inteligencia, Hablar claro con Chile, Del Inca Wiracocha y la deidad telúrica, El hombre de Calama, «Dies Irae» por la patria en desventura (cuando Chile desvió las aguas del río Lauca en perjuicio de Bolivia), Emeterio Villamil de Rada, Nuestra salida al mar precepto constitucional, Mendoza el incomprendido y Proceso de una expulsión política.

«EL ALFARERO DESVELADO» Ensayos. Agrupa, entre otros trabajos, «La patria del sur» acerca de la reunificación continental, Copakawana, Estampa de Carangas, Retrato de un amigo, Una historia muy grande para un historiador muy pequeño (refutación al libro de Charles W. Arnade, norteamericano, autor de «La Dramática Insurgencia de Bolivia»), Del mar boliviano y su retorno a la montaña. Aun mencionaré el ensayo «Bolivia, clave de un continente», respuesta a los despropósitos del «Time» de Nueva York recogida en mi libro «Sueño de los Arcángeles» y la conferencia «Bolivia, el Astro Ignorado», pronunciada en Roma, en Madrid, en Lima e incluida en mi libro «Fantasía Coral». Recordaré, asimismo, haber dictado cinco extensas conferencias sobre el problema de nuestra mediterraneidad, en la Universidad Mayor de San Andrés de La Paz. Llevan por nombre: La marcha hacia el mar (1951) Mare Nostrum, Mare Sacrum (1961) Dies Irae por la patria en desventura (1962), Del Mar Boliviano y su retorno a la montaña (1964), Coral del Mar que nos asedia y transfigura (1966).

«MATEO MONTEMAYOR» Novela, ensayo más allá de la novela al decir de los críticos. Obra mayor en magnitud y en contenido de la cual se ha expresado: Pedro Gamarra Roldán: «Me he sentido maravillado por la cruda realidad con que este autor boliviano presenta la vida de su pueblo a través de las peripecias de nuestro Montemayor» Para el P. Pablo Cejudo es «un Ideario de América, compuesto con la exuberante belleza oriental de los poemas de Omar Khayyam.» Un crítico venezolano Rossi Segales dice: Es la gran novela boliviana: paisajes, costumbres, personajes, y La Paz, ciudad entrañable y su hermoso nevado «Illimani» están pintados de mano maestra.» Mateo Montemayor para «Estafeta Literaria» de Madrid es «la búsqueda de un prototipo americano de dimensiones planetarias». Contiene tres historias entrecruzadas: la historia de una revolución típicamente boliviana, la historia de un amor, la historia de una evolución espiritual en la cual se analiza tensamente los problemas del hombre boliviano y del hombre sudamericano. Roberto Prudencio, filósofo y crítico, expresa: «¿Dice qué tratan los libros de Diez de Medina? El tema de ellos es uno solo y el mismo, una exaltación del hombre y del paisaje boliviano. Toda sus obra rezume un gran amor por la tierra que lo vio nacer. Mateo Montemayor, el nombre del personaje es ya un símbolo: es el espíritu del Ande encarnado en un hombre.»

A los desmemoriados maliciosos que pretenden negar la realidad, debo recordarles: Periodista en la juventud y en diversas épocas, serví los ideales colectivos del pueblo boliviano en forma anónima y desinteresada. Varios volúmenes de recortes respaldan esa tarea.

En mi página literaria dominical HOMBRES, IDEAS Y LIBROS, DE 1929 a 1931, honré a nuestros clásicos, difundí la obra de escritores logrados y abrí campo a jóvenes valores en las letras y en las artes.

Como Subdirector de ULTIMA HORA, de 1939 a 1942, estimulé y defendí en política y en literatura, la acción renovadora de hombres y partidos que propiciaban el nacionalismo revolucionario.

En las revistas de cultura que fundé y dirigí CORDILLERA -1956 a 1957- y NOVA -1962 a 1963- proseguí la misión de presentar y difundir las expresiones salientes del pensamiento nacional.

De 1943 a 1951, durante tres años, realicé, con sólo un puñado de amigos y patriotas, la desigual campaña cívica del Pachakutismo, que desbrozó el camino para el advenimiento de la Revolución Nacional de 1952.

Con la cooperación técnica de los mejores maestros del país y otros profesionales distinguidos, presidí los trabajos de la Reforma Educativa de 1954. Redacté personalmente el Código de la Educación Boliviana en vigencia, aplicando el principio de una educación de masas en vez de una educación de clase, preconizado en México y en Venezuela. Tuve, entonces el doble agradecimiento de los maestros activos y jubilados, expresado en sendos pergaminos.

Ministros de Educación dos veces -1956 y 1957- serví sin descanso a la enseñanza, a la cultura y al deporte.

Quedan libros, documentos, estudios técnicos y obras palpables que atestiguan esa labor de contenido social y humano.

Ministro de Estado, Asesor de la Presidencia, Consejero Privado del Presidente de la República, de 1965 a 1968, mi trabajo silencioso, anónimo, se basó en principios cristianos y democráticos y se orientó hacia la justicia social. Aquello que el gran presidente General Barrientos Ortuño llamaba «la revolución responsable», o sea la incorporación de las mayorías marginadas al proceso civil sin destruir la economía ni anarquizar el campo social. Atemperar las pasiones. Defender al perseguido, buscar soluciones a los conflictos, evitar que se incurriera en los dos extremos perniciosos de la dictadura y del desborde comunista, trabajo intelectual y de orientación política, buscando la unidad y entendimiento entre los hombres del Gobierno: esa fue mi labor.

Es lamentable que uno mismo tenga que recordar hechos referentes a su vida pública y literaria, pero ante lo injusto de los ataques y lo maligno de las omisiones, tengo el derecho de esclarecer la filiación de mi obra intelectual, que surge de la realidad patria y se proyecta como su expresión fidedigna, profundamente vinculada al proceso social y espiritual de Bolivia.

Para quienes pretenden presentarnos como desvinculado de la problemática patria, desprovisto de sensibilidad social, distante de su juventud, trascribo el Pergamino que me fue otorgado por II Congreso Nacional de Estudiantes de Secundaria de Bolivia:

II CONGRESO NACIONAL DE ESTUDIANTE DE SECUNDARIA

 

VOTO RESOLUTIVO

Considerando:

Que el reconocimiento de las grandes figuras constituye primordial de cultura del estudiantado boliviano.

RESUELVE:

Aplaudir la obra de Fernando Diez de Medina que sintetizando suelo, raza y poblador ha delineado nuevos rumbos de transformación cultural y superación moral en arte y política.

Declarar que NAYJAMA Y THUNUPA son el Evangelio de las nuevas generaciones, porque interpretando la fuerza vernácula del territorio patrio y exaltando las virtudes de su habitante, enseñan con sano optimismo los hitos señeros que debemos perseguir en nuestra vida futura.

Es dado en la Sala de Sesiones del II Congreso Nacional de Estudiantes de Secundaria.

La Paz, octubre de 1950

Fernando Baptista Gumucio

Presidente del II Congreso Nal. de Estudiantes

Jorge Gallardo Lozada

Presidente del Comité Organizador

Mariano Baptista Gumucio

Presidente del Comité de Estudios

Ese mismo año gané el Gran Premio Nacional de Literatura, que se adjudicó por primera vez en el país. Posteriormente se me otorgaron las dos más altas condecoraciones de Bolivia, la Gran Cruz del Orden del Cóndor de los Andes, y el Escudo de Armas de La Paz en el grado de Servicios Eminentes, por mi doble actuación de hombre pública y de escritor.

Recuerdo estos antecedentes y me siento obligado a reproducirlos no por vanidad ni recurso propagandístico, cosas alejadas de mi espíritu y de mis años, sino para demostrar que lejos de cultivar una supuesta «literatura pura», lejos de carecer de conciencia social, lejos de habernos desvinculado del alma y de la problemática nacionales, si bien he compuesto algunos libros de tema americano y universal, la mayoría de mis obras son raigalmente bolivianas, de forma y contenido, brotaron de la entraña nativa, dieron cauce al resurgimiento del espíritu vernáculo y, para quienes saben leer y juzgar rectamente, tienen lo que toda obra literaria de vocación ofrece: un mensaje, una enseñanza, un soplo de idealismo. Son -mal que les pese a negadores y silenciadores- expresiones cálidas del mensaje ancestral del Ande Boliviano, y abren camino a nuevas interpretaciones del presente y el futuro del suelo y de la raza en que nací.

No tengo cuestión de jerarquía ni de precedencias. Pueden considerarme el último de los escritores nacionales. Pero ese escritor aminorado por la envidia y la malicia de algunos, sigue trabajando lealmente por su patria y por su pueblo, porque es hijo fidedigno de Bolivia, madre desventurada, y al propio tiempo la más noble y la más bella de las jóvenes repúblicas de América.

Si hubiera dicho estas cosas en un artículo de prensa, se las habría llevado el viento, dado el carácter circunstancial del Impreso periodístico. El libro, en cambio, queda en bibliotecas publicas y privadas. Esa es la razón de este apéndice inusual en obras literarias.

Pido disculpas al lector y me remito a su benévola comprensión del asunto.

La Paz – Bolivia, 1970.

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